El cielo no está tan lejos, si lo buscamos muy dentro...
Despertar ese éxtasis que invade el ser, sentir la magia de estar, percibir, vivir, gozar, vibrar...
Maravillosas sensaciones que nos transporta en un vuelo intimo, lleno de quietud, calma, sosiego...
Describirlo es trasmitir lo que uno siente dentro, darle forma y otorgarle vida.
El cielo no está tan lejos, si lo buscamos muy dentro...
Resucitar después de un tiempo de letargo nos abre un camino donde todo es armonía, donde no hay lugar para perezas, donde todo es levantarse, sacudir las alas y volver a volar.
Majestuosa libertad que remonta el vuelo de nuestros pasos, escalar los peldaños de ese andar errante, sintiendo la adrenalina del esfuerzo realizado.
El cielo no está tan lejos, si lo buscamos muy dentro...
La luna que es el ocaso que acuna nuestras emociones, el sol que es la luz que refleja nuestras debilidades y cuando ambos se juntan en una alquimia perfecta, sentimos el rugir de ese mar de sensaciones que retumba en nuestro ser.
El cielo no está tan lejos, si lo buscamos adentro...
Entre tantas mareas, revuelos de almas, tsunamis de emociones, caminos escarpados, caídas, levantadas, está la seguridad de sentirnos vivos, de escuchar ese clamor que retumba dentro y nos muestra silente que hay caminos infinitos y huellas que nos llevan por senderos irreconocibles...
El cielo nos está tan lejos, si lo buscamos adentro...
Detrás de tantas mareas encontrar la verdad que nos convierte en seres auténticos, libres, únicos...
Sentir esa liberadora sensación nos lleva a formar parte de ese universo infinito, nos otorga el permiso de ser quien somos, de dejar de lado esa copia burda que no era nuestra esencia y volver a nacer...
Tan solo con descubrir ese cielo que llevamos dentro...
Cariños Amelie!!!
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