Hola amores:
Siempre volver a escribir es para mi un placer que llena mi alma de dulces melodías.
Todos tenemos en nuestro ayer algo que arrastramos, que nos ha marcado el corazón y nos dibujo el alma de pequeñas heridas que nos cuesta sanar.
Todos cargamos con el peso de una gran mochila que no nos animamos a abandonar.
Todos guardamos secretos que solo nuestras soledades recuerdan.
El avanzar cuesta como si tuviésemos una gran cadena, con eslabones pesados que arrastramos y colgamos de nuestro cuello.
Hay momentos que deseamos desarmar esos eslabones... pero no sabemos como...
Nos pesa, nos cuesta el avance, es como un arrastrar de pies moviendo una gran mole.
Nos duele la espalda, nos duele el cuerpo, nos duele el alma.
Cada herida que cargamos como pesadas piedras, ha dejado en nosotros huellas profundas que nos muestra que la vida ya no es, ni será igual.
Algo cambio en nosotros, pero seguimos avanzando hasta llegar a un instante en el cual nos convertimos en desconocidos hasta para nosotros mismos.
Somos como náufragos nadando hacia la corriente, contra viento y marea.
Por mas que nos digan que hay caminos para deshacernos de ese insoportable peso, nosotros no los vemos, o quizás no nos animamos a verlo.
Muchas veces es el miedo el que acompaña esa carga, cada uno de nosotros sabemos los motivos, cada uno de nosotros sabemos los porque, cada uno de nosotros llevamos guardadas esas marcas impuestas a fuego dentro de nuestro corazón roto.
No queremos escuchar consejos, nos negamos a ver la realidad, escondemos celosamente ese peso que somos conscientes que debemos liberar.
Y la vida pasa, y el tiempo que es nuestro testigo, nos pone un freno, nos para de golpe, nos impone ver eso que no queremos ver, y nos conduce a destrabar esos eslabones apretados a fuego.
Siempre llega el momento de la verdad, la vida por si sola nos acomoda, nos impone y nos enfrenta a todo aquello que negamos...
En esa lucha de verdades calladas, sentimos un gran movimiento de piso, queremos aferrarnos pero no nos es posible.
Y las cadenas se rompen produciendo un gran tsunami y un maremoto de lagrimas que derrama nuestras almas, nos sentimos indefensos, rotos, deshechos, maltratados.
Creemos que es injusto, pero si nos ponemos a pensar, no vemos el limite de lo justo y lo injusto.
Que esta bien y que esta mal...
Grandes paradojas se acercan a nuestras vidas queriendo acomodar esas piezas que no encajan en ninguna parte.
Todos hemos tocado fondo en algún momento de nuestras vidas, sabemos de dolores, sabemos de tristezas, sabemos de que algunas de esas piezas nunca vuelven a encontrar su lugar.
A pesar de todo esa bruma que nublo nuestros ojos, comenzamos el camino de regreso hacia no sabemos donde, ni sabemos como, pero si sabemos que ese nuevo camino es el camino hacia una nueva forma de encarar nuestra realidad.
Siempre quedara en nuestras almas esas cicatrices que cerraron pero nunca desaparecerán, serán el fiel reflejo de que hemos vivido y por ende cada equivocación es un nuevo aprendizaje, pues gracias a ellas hemos aprendido, hemos crecido, hemos madurado.
Ya no somos los mismos, estamos llenos de callosidades, pero si somos mucho mas sabios, mucho mas grandes, mucho mas fuertes.
Y estamos vivos, creíamos que nunca superaríamos el dolor, pero seguimos de pie.
Gracias a esas cadenas que un día se rompieron y nos mostraron el camino hacia la libertad.
Cariños Amelie!!!
